Mokhotlong es ciudad y distrito a la vez, de la parte noreste del país. Es la primera ciudad importante con un aeropuerto que encuentras si pasas a través del Sani Pass, un paso de montaña apto sólo para vehículos todoterreno que supone un reto para todo amante de la carretera y los coches 4×4 y que conecta Sudáfrica con el Reino de Lesoto. Si quieres saber más sobre este paso de montaña tan espectacular, clica aquí.
Desde el primer momento que llegas a Lesoto por este paso de montaña, te das cuenta de que estás a una altitud bestial, en la que normalmente no estamos acostumbrados a vivir: hace más frío que de costumbre y cuando miras a tu alrededor, ves montañas imponentes que están más bajas que tú. De hecho, en esta zona encontramos el Thabana Ntlenyana, el punto más alto de todo el sur de África, y que se encuentra justamente en Mokhotlong.
Mokhotlong , que en sesotho significa “lugar del ibis calvo” es una ciudad tranquila, sin muchos habitantes (unos 6.000) , que se originó hacia 1905 cuando se estableció el primer puesto de policía de la región que controlaba el paso de mercancías del Sani Pass. La ciudad, pues, se convirtió en un buen punto de parada y de comercio, separado de largas distancias de otras ciudades importantes del país que encontraba provisiones y suministros mediante una caminata con pony en Natal, Sudáfrica a través del paso de montaña . Hasta 1947, no se estableció contacto radiofónico con Maseru, la capital.
Actualmente, Mokhotlong subsiste gracias a la agricultura y ganadería que son el principal motor económico de la zona de la mayoría de población. Es una zona bastante pobre en la que la gente tiene pocos ingresos y la tasa de paro es la más alta del país junto con un alto índice de HIV. A su vez, existe una tasa de escolarización muy baja debido a que muchos niños ayudan a sus familias a pastar rebaños, esquilar y vender la lana o realizar trabajos para la subsistencia de todas ellas. Si quieres saber más sobre los pastores y los rebaños de Lesoto, puedes clicar aquí.
Estos hechos contrarrestan con dos grandes eventos turísticos que actualmente pasan en Lesoto: la Maratón de verano de alta altitud y el Roof of Africa Rally. Estos dos eventos que transcurren entre las montañas Maloti comienzan a hacer que esta zona sea un poco más visitada por sus vecinos sudafricanos y turistas de todo el mundo que encuentran en la zona una región tranquila donde relajarse, ir a hacer senderismo, rutas a caballo, rafting, pesca, observación de aves…
Si quieres descubrir esta zona, regada por el río Sengu, también llamado río Orange y que da agua a muchas partes del mismo, te animamos a seguir leyendo, ya que para nosotros fue un gran descubrimiento a nivel de personas, paisaje y experiencia de vida.
¿Cómo llegar?
Para llegar a Mokhotlong desde el Sani Pass, hará falta que hagas los procedimientos en el lugar fronterizo que se encuentra situado en lo alto de éste y después ir siguiendo la carretera A1 que va directo a la ciudad. Son unos 53km por carretera buena asfaltada, pero con grandes pendientes y desniveles. Vigila si conduces temprano por la mañana o cuando ya no hay sol, porque es una zona a mucha altitud que tiende a helar o nevar cuando es la época.
Si vienes del oeste del país, la mejor carretera para llegar a Mokhotlong es la A1 que recorre el norte del país, que va desde Maseru a Butha-Buthe, pasa por Letseng-la-Terae y llega finalmente a la ciudad de Mokhotlong. Es una carretera amplia y bien asfaltada. Se pasan también por puntos altos de altitud, habrá que vigilar también en época de invierno, el estado de las carreteras por heladas o nevadas.
Por otra parte, la carretera que conecta Thaba-Tseka con Mokhotlong, pasando por Menoaneng Pass, nosotros no os la aconsejamos a menos que seas experimentado en 4×4 y te gusten los retos. Esta carretera (mejor en sentido de bajada, de Mokhotlong a Thaba-Tseka) es una carretera no asfaltada, rocosa y con fuertes pendientes. Hay que vigilar y preguntar antes cómo está y si ha llovido mucho los días antes, para ver el estado de la carretera. Os dejamos este enlace de diferentes comentarios sobre la zona de la app Ioverlander.
¿Cuándo ir?
La temporada cálida o verano de Mokhotlong va de octubre a marzo. El mes más caluroso es enero. Se puede llegar a temperaturas entre 10-18ºC. El invierno o temporada fría de la zona va de marzo a octubre, siendo el mes de julio el más frío del año. Las temperaturas normalmente oscilan entre -3 a 10ºC (piensa pero que cuanto más altura, más frío hará también).
Sin embargo, el problema es que las épocas de lluvia coinciden con la temporada cálida, así que encontraremos más lluvia cuando hace mejor temperatura. El mes que llueve más pues, es también enero y los meses que llueve menos es junio-julio.
Para nosotros, los meses más aconsejables serían abril y mayo puesto que es relativamente seco y no hace demasiado frío o bien, de septiembre a octubre, ya que todavía no habrán empezado las lluvias de verano.
Sin embargo, ya sabéis que el tiempo es relativo y cambiante actualmente. Nosotros hicimos Sani Pass en abril, teóricamente uno de los mejores meses para hacerlo y sin embargo, la semana anterior a subir, había estado toda la semana lloviendo intensamente.
¿Qué hacer en la región de Mokhotlong?
La actividad estrella que nosotros no nos perderíamos en esta región sería un Pony Trekking. Y si además nos preguntáis con quién, nosotros lo tenemos claro: con la familia Ntlhoki. Esta familia basotho que vive en la zona de Malumong, se dedica desde hace mucho tiempo a hacer trekkings por la zona a pie o bien, con caballo, intentando que el dinero recaudado vaya siempre directamente a la población local y favoreciendo a zonas remotas de Mokhotlong. Estos trekkings con pony basotho se realizan para pasar por zonas donde los coches no llegan y donde no hay apenas los caminos marcados, en medio de un paisaje espectacular, las montañas Maloti. Los trekkings pueden ser de 2/3 días hasta una semana. Nosotros estuvimos con ellos dos días, durmiendo en casas locales de familias de allí, cabalgando con caballos basotho, atravesando ríos y valles y quedándonos maravillados de esta zona del país. Sus tres hermanos: Joseph, Peter y Alexander os pueden hacer vivir una de las mejores experiencias del país. ¿Estáis preparados para leer nuestra experiencia con ellos?
Dos días a caballo recorriendo los Highlands y la región de Mokhotlong
Nosotros no estábamos nada acostumbrados a ir con caballo, pero cuando buscamos información sobre Lesoto, vimos que ésta era una de las actividades obligatorias si querías descubrir el medio de transporte que utilizan muchos pastores y la gente local.
Cuando estábamos esperando días con cielos más soleados en Sani Lodge Backpackers, en Sudáfrica y justo antes de cruzar en Sani Pass, encontramos diferentes carteles que explicaban rutas de senderismo y a caballo por Lesoto. Allí, encontramos el nombre de una familia local, y por Internet, buscando a esta familia vimos que algunos viajeros de Tripadvisor recomendaban hacer una excursión a caballo con Jacob. El problema era que las reseñas eran del 2005, y ya habían pasado más de 15 años… Mientras seguíamos buscando, vimos que muchos salían de un pequeño hotel de Malumong, así que le comentamos a una de las chicas que trabajaba en recepción y ella nos facilitó el teléfono de una de sus hermanas…
Nosotros contactamos con ella, que nos pasó el teléfono de uno de los hermanos y finalmente, hablamos con Joseph y Peter que nos esperaban en su casa para realizar una excursión con caballos. Hacía tiempo que no recibían turistas, pero no sabemos si porque les caímos bien o porque tenían ganas de hacer esta salida, quedamos que nos encontraríamos delante de una escuela dos días después para ir hasta su casa , dejar el coche allí, y hacer una ruta de dos días en caballo por los Highlands de aquella zona durmiendo en un pequeño poblado rural.
¡Nosotros estábamos bien emocionados! Era la primera vez que haríamos una ruta tan larga en caballo, y eso de tener que preparar un equipaje para llevar a tu espalda durante dos días en caballo nos hacía brillar los ojos, como aquellos niños que se marchan con sus amigos a las sus primeras colonias.
Después de hacer Sani Pass y dormir en casa de Me Nkume con mucho frío, cogimos el coche hasta llegar al punto de encuentro. Allí estaba Peter que nos estaba esperando y con quien fuimos hasta su casa, que estaba situada en una pendiente pronunciada. Dejamos el coche allí y nos presentó a su familia: su madre, su mujer, su hermana, Joseph su hermano que también vendría con nosotros, su padre… También nos enseñó su casa: una cabaña circular tradicional basotho donde realizan todas las acciones del día: cocinan, comen y duermen. Es muy habitual en muchos lugares rurales de África encontrarte una casa de una sola habitación que hace la función de comedor, cocina, armario y habitación… ¡Aquí aprovechan todos los espacios!
Una vez fuera, llegaron quienes serían nuestros compañeros de viaje: Laia viajaría con un macho llamado Rasta, y Esteve con una hembra llamada Maluti. Peter y Joseph nos enseñaron las primeras lecciones para montar caballo: cómo subir, cómo dirigirlo, el grito que teníamos que hacer para que corriera más… Una sesión teórica muy rápida de menos de 5 minutos a donde nos costó aprender todos los conceptos. Pero el mejor aprendizaje era la práctica; así que nos hicieron subir a lo alto de los caballos y con las mochilas en la espalda empezamos a viajar con caballo por el pueblo de Malumong.
Durante la primera parte del trayecto, también nos acompañó Joseph, que no paraba de echarnos fotos y de reír de cómo llevábamos los caballos. Peter se ponía a nuestro lado y nos enseñaba cómo hacerlo para ir más rápido, pero Maluti de Esteve no tenía ganas. Quizás era perezosa, o quizás su caballero no lo hacía bien o pesaba demasiado… En cambio, el Rasta de Laia era un caballo competitivo. Siempre quería ser el primero, y si Peter avanzaba, él iba detrás de él.
Cuando salimos del pueblo de Malumong, empezamos a subir por algunas montañas y por caminos bien estrechos. De vez en cuando, Esteve iba gritando “Aiii” que era el grito que nos habían enseñado para animar al animal a ir más rápido, pero Maluti le hacía poco caso. El paisaje era cada vez más deshabitado, en medio de montañas y valles y de una preciosidad increíble.
Llegamos a lo alto de una colina desde donde Joseph y Peter nos enseñaron el río Orange. Este río que nace en la zona de Drakensberg, entre Lesoto y Sudáfrica, es uno de los más importantes del sur de África. Desde lo alto de las montañas podíamos observar sus meandros. Allí, Joseph se despidió de nosotros y volvió atrás galopando con su caballo como si estuviéramos en una película de Western. En Lesoto, para los locales ir en caballo es como ir en bicicleta por muchos europeos. Desde pequeños aprenden y están acostumbrados a ir sin la montura ni la silla para sentarse, y a una velocidad vertiginosa.
Peter nos dijo que tocaba bajar hacia el río, y allí almorzaríamos antes de seguir ruta hacia Malubalube, un pequeño pueblo situado en medio de las montañas y que sería donde haríamos noche. Cuando bajamos, Peter nos estuvo explicando que en toda esa zona que estábamos cruzando querían construir una presa. Lesoto es uno de los principales proveedores de agua de Sudáfrica que tiene un proyecto de presas con su país vecino para asegurarse el suministro de agua. Por eso, una de las visitas a realizar si visitas Lesoto es la presa de Katse (si quieres saber más, clica aquí).
Peter no estaba de acuerdo con la construcción de aquella presa. Muchos de esos pequeños poblados deberían marcharse a buscarse una mejor vida, y llegarían muy pocos beneficios para la gente local. Realmente, la extensión donde querían construir la presa era inmensa, y seguramente, si en unos años queremos hacer la misma ruta en caballo, no podríamos volver a pasar por ese camino.
Después de llegar al río Orange y descansar un poco del galope del caballo (y los caballos descansando de nosotros), estuvimos charlando con Peter sobre su familia y sobre el turismo. Ellos tenían una empresa de turismo que realizaban excursiones de montaña, rutas a caballo y muchas más actividades. La empresa la llevaba su hermano Jacob que murió asesinado por una persona del pueblo que tenía envidia del éxito de esa familia. Esto fue un duro golpe para aquella familia, ya que Jacob era el hermano mayor y en África el hermano mayor es mucho más que un hermano. Ahora, Joseph y Peter intentaban seguir llevando el negocio del turismo, pero con el cierre del hotel que tenían en su poblado y la llegada del Covid, hacía tiempo que no hacían ninguna excursión. Se veía a una persona muy humilde y sencilla, como todos los basotho que llevábamos conociendo en los pocos días que llevábamos al país.
Tras el descanso, tocaba volver a subir a los caballos para subir monte arriba hacia el pueblo de Malubalube. Ahora todo era subida, y parecía mentira la fuerza que tenía el caballo, que con las cuatro patas escalaba los pequeños senderos para ir ganando altura. Maluti era la más lenta, y pese a los intentos de Esteve de alentarla, se tomaba las cosas con más calma que Rasta, que siempre quería ser el primero.
Después de subir de nuevo a las montañas, Peter nos indicó en el horizonte el poblado en el que dormiríamos. Faltaba poco y empezamos a galopar aprovechando que el terreno era menos empinado. La sensación de volar con el caballo, aunque fuera por pocos segundos por miedo a caer, era increíble. Por el camino, nos cruzábamos con pastores, gente que iba con sus caballos, y otros que trabajaban en la agricultura. Estábamos en una zona totalmente rural del país, que nunca hubiéramos imaginado que iríamos a parar…
Cuando llegamos a Malubalube, bajamos del caballo y los acercamos al bebedero para que descansaran después de esta larga jornada. Allí, conocimos a Mapasang, una mujer muy apacible que nos enseñó nuestra cabaña. Era una casa de barro circular, con unas colchonetas en el suelo para dormir, acompañado de unas mantas típicas de Lesoto que tanto nos gustaban.
Cuando llegamos allí también vino a vernos otra gente del poblado. Vinieron unas chicas que iban vestidas de forma tradicional, y con Peter fuimos a dar una vuelta por el pueblo, visitar el bar donde encontramos a la gente que llevaba unas cervezas locales de más, tomar algunas fotografías conjuntamente con el sombrero típico de Lesoto, el mokorotle, que dicen que tiene su origen en la silueta de una montaña que se encuentra cerca de Thaba Bosiu (si quieres leer más sobre nuestra experiencia en esta montaña mágica, clica aquí); y disfrutar de cómo se apagaba el día en ese rincón de las montañas del Highlands de Lesoto.
Cenamos un plato que nos cocinó la Mapasang, y fuimos a dormir temprano observando antes un cielo bien estrellado sobre nuestras cabezas. Los caballos descansaban en un pequeño cercado justo enfrente de la casa, y nosotros descansaríamos en una casa tradicional y con mantas típicas del país. ¡Una experiencia totalmente basotho!
Al día siguiente, cuando nos despertamos, Peter ya estaba preparando las monturas de Maluti y Rasta. Tocaba volver hacia Malumong por otra ruta, de esta forma daríamos una vuelta circular durante estos dos días en caballo por Lesoto. En la siguiente imagen puedes ver aproximadamente el recorrido que hicimos:
Por la mañana, había más actividad en torno al pueblo. Un pastor pastaba a sus ovejas desde encima de su caballo, otros con herramientas agrícolas iban a trabajar al campo, y otros iban galopando tranquilamente con sus caballos. Seguimos un camino de carro más ancho que el día anterior, donde pudimos galopar intensamente (sobre todo Rasta de Laia, que sólo hacía que seguir Peter). Cuando parecía que no saldríamos de aquel camino, Peter nos hizo ir por un pequeño sendero monte arriba. Allí, es imposible ir con un GPS. Tienes que saber orientarte por la localización de las montañas y por el sol porque íbamos cogiendo pequeños senderos que nos hacían ganar de nuevo alzada en los Highlands de Lesoto. De hecho, en un pedazo bajamos y lo hicimos a pie porque Peter consideró que era peligroso ir con los caballos por aquel camino.
El paisaje de hoy era muy similar al del día anterior. Montañas y valles frente a ti, en un día soleado, y totalmente aislado de cualquier población y cualquier persona. Estábamos en un lugar remoto disfrutando del momento, de la brisa, de la respiración del caballo y de lo que teníamos ante nosotros… una experiencia que seguro que recordaremos mucho tiempo.
Paramos a comer a medio camino, y por la tarde ya enfilamos de nuevo hacia Malumong; dónde llegamos a la hora que los niños volvían de la escuela. Bajamos de los caballos, y abrazamos a Maluti y Rasta para agradecerles que hubieran aguantado durante dos días aquellos dos guiris que nunca habían ido con caballo… Y cuando hicimos el primer paso en el suelo, vimos que los siguientes días sufriríamos. No de dolor de espalda, sino de dolor de culo después de las agujetas que nos había dejado el galope de esos dos días.
Ya oscurecía y decidimos quedarnos a dormir en casa la familia Ntlhoki. Nos avisaron que haría mucho frío, y nos dieron una pequeña colchoneta para dormir en el comedor que tenían en una de las casas. Aprovechamos para ducharnos a la africana, es decir, con una palangana llena de agua y un pequeño cubo que aprovechábamos para echarnos agua por encima, enjabonarnos y luego aclararnos.
Después de estar bien limpios, fuimos a ver al padre de la familia, un hombre mayor, que cortaba leña con una azada, y conocimos a uno de los otros hermanos: Alexander, que echaba un rebaño que se acercaba a la casa. El día se apagaba de nuevo junto a esa familia que nos había acogido tan bien.
Cuando oscureció, entramos en la casa donde hicimos fuego dentro y cocinamos. Nos sentamos en el suelo, iluminados por una pequeña luz, y con diferentes gatos que rondaban por allí. Era un seguro para no tener ratas. Estuvimos charlando, tocando la guitarra y cantando canciones en una velada muy bonita en familia, donde nosotros nos sentimos un poquito Ntlhoki. La hospitalidad africana es una de las vivencias más bonitas que hemos tenido en nuestro viaje a África.
Al día siguiente, por la mañana, después de descansar y con unas agujetas en el culo a la hora de caminar, nos despedíamos de la familia Ntlhoki tomando una foto de grupo familiar. Habían sido dos días muy intensos en una zona rural del Highlands, con Rasta, Maluti, familia Ntlhoki, Mapasang y un paisaje brutal que habíamos descubierto gracias a esta familia. Es una experiencia que recomendamos que hagáis con ellos en esta zona, porque es mucho menos turística que Semonkong y Malealea, y donde podrás disfrutar de la calidez africana en primera persona. Si quieres contactar con ellos, puedes escribirlos por WhatsApp en +26650417398 (Joseph) o +26664015510 (Peter) o bien contactar por Facebook en Ntlhoki Pony Trekking aquí. Para llegar a casa de su familia en Malumong, puedes seguir la ubicación que marcamos en el iOverlander en este enlace. Para nosotros, ésta ha sido una de las mejores experiencias de nuestro año sabático en África.
¿Dónde dormir en la región de Mokhotlong?
– Riverside nº 10: Si nada más entrar en el país de Lesoto por el Sani Pass, quieres disfrutar de una experiencia totalmente local, te recomendamos este lugar, situado antes de llegar a Mokhotlong. La Me Nkune, la propietaria del alojamiento te dará la bienvenida de su casa donde dispone de unas pequeñas cabañas donde se puede dormir (135R pp/noche) y también un pequeño jardín donde acampar. Nosotros, íbamos con nuestro coche en tienda y acampamos en el jardín junto al río. Para acampar, pagamos 60R por persona (unos 7€ por los dos). Cabe decir, que es un sitio totalmente local, sin lujos y con aseo con letrina. A nosotros nos encantó: pudimos caminar por el poblado, hablar con la gente y aprender nuestras primeras palabras con sesotho y cómo no, conocer por primera vez la famosa amabilidad basotho que nos dejaría impresionados a lo largo del país. Puedes encontrar la localización de este alojamiento aquí.
– ShoeShoe B&B: Este alojamiento es de los que mejor están de la zona. Si necesitas hacer un descanso en la ciudad de Mokhotlong con todas las facilidades posibles del área, éste es tu sitio. Dispone de habitaciones dobles a unos 550R con buen internet. Si quieres ponerte en contacto o saber más sobre el alojamiento, clica aquí.
– Ntlhoki family: Si lo que buscas es una experiencia diferente, más local, para conocer la zona, su gente y sus costumbres, éste es tu sitio. Nosotros os aconsejamos que visitéis esta familia, ¡para nosotros fue una de las mejores experiencias en el país! Ofrecen trekkings con ponis por toda la zona y también alojamiento en su casa si quieres alargar alguna noche. Alojamiento simple, sin demasiadas comodidades y con aseo de letrina. Allí podrás vivir totalmente una experiencia basotho con esta hermosa familia. Para llegar a casa de su familia en Malumong, puedes seguir la ubicación que marcamos en el ioverlander aquí, o contactar con ellos por Whatsapp al +26664015510 (Peter) o al +26650417398 (Joseph).
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