Kenia es el tercer productor mundial de té, superado por China y la India; pero, en cambio, es el país que exporta más de todo el mundo. Principalmente, exporta a la mayoría de países árabes y en algunos países europeos como Inglaterra. Por lo tanto, visitar las plantaciones de té y conocer el proceso de plantación y como manufacturan uno de los alimentos que solemos beber en nuestro país es una obligación si pasas por la zona de Kericho, la región productora principal de Kenia.
Kericho es una región que se encuentra a unos 2.000 metros de altitud, en el oeste de Kenia. Situado entre Nakuru y el lago Victoria, esta zona se caracteriza por un clima tropical cálido y húmedo, con precipitaciones abundantes. Este tiempo es muy adecuado para cultivar té, ya que necesita agua y al mismo tiempo temperaturas calurosas. Con una población de alrededor de 200.000 habitantes, la mayoría de gente vive y trabaja por el té.
Nosotros tuvimos la suerte de alojarnos en una plantación de té que se llama Chesumot, y de visitar una de las principales fábricas del país: Kaisugu Tea. Por ello, en este artículo os intentaremos explicar el proceso del té. Si viajáis a Kenia, os animamos a visitar sus campos y ver cómo recolectan las hojas de té y lo procesan en la zona de Kericho.
Chesumot, la plantación donde mires donde mires sólo verás té
La plantación de Chesumot, situada a 2.000 metros de altitud, se encuentra a unos 10 kilómetros antes de llegar a la ciudad de Kericho. Con una extensión de 404 hectáreas, esta plantación tiene árboles plantados de 1947, siendo una de las más antiguas de la zona de Kericho.
En Chesumot pudimos observar diferentes variedades de hojas de té. Principalmente, vimos las hojas de té lilas y las hojas de té verdes (con un color muy vivo e intenso) que se convierten posteriormente cuando son procesadas en fábrica, en el té que encontramos en nuestro país. Y, dentro de cada variedad, encontramos diferentes sub-tipo que se clasifican según el tamaño de las hojas. Por ejemplo, con la variedad de hojas de té verde, encontramos el 3/3, 31/8 o 15/10.
En Kericho se procesa principalmente té negro, ya que el té blanco es muy caro de producir porque sólo se coge la parte de la raíz de la hoja mientras que se ha de tirar todo lo demás.
En la plantación trabajan alrededor de 200 trabajadores donde un 90% se encargan de recoger las hojas de té de forma manual, mientras que el 10% de trabajadores se encarga de recolectarlo con maquinaria. Principalmente, cogen las hojas de forma manual porque los terrenos donde está ubicada la plantación son muy abruptos dificultando el acceso de la maquinaria. Además, con terrenos verticales si cortaran las hojas con máquina estropearían buena parte de los árboles del té.
El té es un árbol perenne, es decir, sus hojas no caen. Son árboles que duran mucho tiempo. Al cabo de 6 meses de plantarlo ya tienes las primeras hojas de té y cada 4 años cortan las ramas (como si lo podaran) para conseguir después una mayor producción. Esta ya sale al cabo de 3 meses pero se esperan algo más para tener más productividad.
Una vez el árbol ya tiene fuerzas hojas de té (piensa, como hemos dicho, que el clima en Kericho es cálido y tropical favoreciendo la cosecha todo el año aunque los meses fuertes son de octubre a febrero), éstas se recogen (de forma manual o con máquina) y se ponen en unos sacos que son revisados antes de enviar a fábrica para descartar cualquier hoja mala. Habitualmente, las hojas que recolectan se suelen manufacturar en fábrica al cabo de 3 horas de haberlas cosechado para garantizar así una muy buena calidad del té.
Ver los trabajadores y las trabajadoras como con sus manos van avanzando rápidamente entre las diferentes hileras de árboles de té y van colocando las hojas en sus respectivos sacos que cargan en la espalda es una muestra de la gran cantidad de gente en Kericho que trabaja en el mundo del té. Piensa que cuando se cultiva, el árbol puede llegar sólo a un metro y medio para facilitar su recolección manual, ya que sino sería muy difícil recoger las hojas.
Además, antes de cosechar, algunos trabajadores desbrozan el sotobosque del árbol para facilitar el acceso y para evitar malas producciones. En cuanto al vivero, antes en Chesumot los árboles que plantaban provenían de China pero ya hace unos años y gracias a diferentes institutos de investigación que se han creado en Kenia, ya disponen también de su propio vivero de árboles.
Así pues, las diferentes variedades de hojas de té que recolectan en las 404 hectáreas de la plantación de Chesumot llegan a fábrica recién cosechadas y listas para ser procesadas y convertirlas con el té negro que actualmente conocemos.
Kaisugu Tea, una de las principales fábricas procesadoras de té en Kenia
La empresa Kaisugu Limited, situada en las afueras de Kericho, es una de las empresas principales productoras de té en Kenia. Con una plantilla de 500 trabajadores, 150 de los cuales trabajan en la fábrica, dispone de plantaciones propias y también recoge hojas de té de 6.000 productores, entre ellos, Chesumot. Procesan una media de 95.000 kg de té al día, pudiendo llegar si es necesario a una producción diaria de 120.000 kg. Exportan a los principales países árabes y también en algunos países europeos como Inglaterra.
Nosotros tuvimos la suerte de que su gerente nos invitó a ver la fábrica y a continuación, os intentaremos explicar el proceso desde que llega la hoja de té fresca de las plantaciones hasta que se convierte en el té negro con polvo que tenemos en las bolsas de té de nuestra casa.
En el exterior de la fábrica encontramos un muelle donde descargan las hojas de té de los diferentes proveedores de la fábrica y, tras una rápida inspección técnica, éstas son trasladadas dentro de la fábrica a 19 máquinas que deshidratan las hojas con aire caliente hasta tener un 80% de agua en la hoja. Piensa que al encontrarnos en un clima tropical, en las hojas frescas encontramos una gran cantidad de agua. Además, durante este proceso de deshidratación que suele durar alrededor de 15 horas, los polifenoles del té se convierten en aminoácidos para darle un sabor característico, haciendo todo el circuito con elementos naturales, y se deja macerar a la espera de pasar a la siguiente etapa del proceso. En este primer paso, ya obtenemos una hoja más seca y con un toque característico gracias a esta primera etapa.
La segunda etapa del proceso consiste en cortar las hojas del té en diferentes ruedas de corte, para luego hacer un proceso de fermentación que le dará color a las hojas del té. Estas pasan por un circuito donde con un proceso de temperatura y tiempo, el agua de la hoja ya se va reduciendo en torno al 60% y ésta ya empieza a tener un color más marrón característico del té negro.
El tercer paso del proceso es la evaporación, donde a través de un secador que llega alrededor de los 150 grados (con una caldera donde queman leña que tienen guardada desde hace 4 meses para que se seque) el agua de la hoja ya se reduce al 3% y el color del té ya pasa a ser el negro.
En la cuarta etapa del proceso, se separa el té obtenido según su diámetro y sus características para obtener el té que quiere el cliente y pasa por el equipo de laboratorio que dan el visto bueno para su envasado final, el último paso antes de ser exportado desde Mombasa hacia el mundo.
El proceso total desde que llegan las hojas de té frescas de las plantaciones hasta que está empaquetado suele durar unas 18 horas aproximadamente. A Kaisugu, empaquetan principalmente en sacos de entre 60 y 75kg que son exportados a empresas que, ellas mismas y con su marca, empaquetan el té con las bolsas que estamos acostumbrados a encontrar en los bares y restaurantes de nuestro país.
Aunque muchos lo desconocíamos, Kenia es el primer país exportador de té en el mundo que, principalmente, proviene de la zona de Kericho. Poder probar la calidad de un té que es cultivado, recogido y procesado en una región verde y húmeda como ésta es una experiencia que recomendamos hacer si algún día viajas a Kenia. Además, allí podrás disfrutar de un paisaje de valles de plantaciones de té maravilloso y caminar por diferentes tonalidad de verdes que te harán sentir como si estuvieras en medio de un cuadro costumbrista.
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